En una relación de pareja no solo intervienen dos personas. Numerosos guiones psicológicos inconscientes del ámbito colectivo y mandatos heredados de la historia familiar inciden en nuestra forma de vivir el amor, una de las más significativas experiencias humanas.
Así, no es difícil que, ante el conflicto o la crisis, proyectemos miedos, vulnerabilidades y juicios propios en el otro, y actuemos desde dinámicas ajenas, muchas veces violentas, guiadas por estrategias de sobrevivencia.